lunes, 15 de octubre de 2012

El osito Puly


Había una vez un niño verdaderamente bueno y estudioso llamado Fulvio.
Tenía un hogar muy humilde y a veces sus padres no podían comprarle los libros y útiles necesarios para el estudio. Sin embargo, con dedicación y empeño el niño conseguía en la escuela las mejores calificaciones.
Un día, los padres de Fulvio resolvieron premiar la buena conducta de su hijo, y utilizando algunos ahorros que habían juntado con sacrificio, Le compraron un obsequio.
Estaban muy contentos con su hijo, sobre todo porque este nunca decía mentiras, esa costumbre tan fea que tienen algunos chicos.
Le trajeron entonces un hermoso osito de paño color rojo, el mismo que Fulvio siempre se paraba a mirar en la vidriera de la juguetería, al salir de la escuela.
- Toma –le dijeron los padres-.sabíamos que te gustaba tanto y te lo compramos para vos.
Fulvio lo recibió emocionado. Le puso de nombre Osito Puly.
Esta de más decir que Osito Puly se convirtió desde entonces en el compañero inseparable del niño. Siempre estaba en sus juegos.
Precisamente una tarde, mientras se encontraba jugando a solas, Fulvio escucho de pronto que el osito lo llamaba por su nombre.
El niño se sorprendió muchísimo al escuchar que Puly le hablaba.
No podía salir de su asombro. Le parecía que estaba soñando, y por ello tardo un largo rato en responder.
- Pero… -dijo al fin maravillado al osito-… ¡nunca me hubiera supuesto que pudieras hablar y llamarme por mi nombre, como lo acabas de hacer! Tú eres un juguete y yo creía que los juguetes no hablaban.
- Te equivocas –le respondió Puly-. Nosotros los juguetes podemos hablar cuando nuestro dueño es un niño bueno y honrado como tú, que nunca le haces daño a nadie, que siempre respetas a tus mayores y jamás dices mentiras.
Cuando volvieron sus padres Fulvio decidió contarles lo sucedido esa tarde.
- El osito Puly habla –les dijo -. Me llama por mi nombre porque ya me conoce y nos hemos hecho muy buenos amigos.
Los padres de Fulvio creyeron que lo contado por el niño era producto de alguna travesura o de su propia fantasía.
- ya sabes muy bien –le recordaron- que no nos gusta que imagines cosas y luego pienses que son ciertas.
Viendo que sus padres estaban algo disgustados, Fulvio trato de salir del paso de la forma más fácil y cómoda. También con ello quería evitar posibles dificultades.
- Está bien –dijo entonces- Osito Puly no habla.
Desde ese día el Osito Puly nunca más hablo.


Libro: Cuentos de Ayer y Siempre (“Moderna Adaptación Pedagogica”)
Adaptadora: Licenciada Susana Storani, Socióloga.
Dibujos: Rodolfo Ramos
Edita: Ediciones Rio de la Plata S.A. (Arregui 3925, Bs As, Argentina)
El osito Puly, por Rosana Schillaci.

Este cuento pertenece a la rama baja de la literatura infantil definible como “poco conocida”.
En la historia tenemos una familia muy pobre (al grado de tener que ahorrar dinero arduamente para comprar un osito de paño)
Ese día Fulvio estaba solo, y si analizamos bien. Veremos que era usual que el chico estuviera solo, al ser tan pobres era obvio que los dos padres trabajaban.
Tampoco se nombran amigos del colegio, tengamos en cuenta que era muy pobre, y muy estudioso (les suena la palabra “nerd” o “traga”?) realmente uno dudaría que tenía amigos… sobre todo después de leer a sus padres decir: “no nos gusta que imagines cosas y luego te creas que son reales”
No era la primera vez que el chico, en su soledad, conjuraba un amigo imaginario para no estar tan solo. Esta vez fue su osito especial.
Sus padres desconociendo que significaba el Osito Puly para el chico, lo obligaron a destruir a su amiguito.

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