LA ÉPOCA.
Se llama Siglos de Oro al periodo
que va desde el reinado de los Reyes Católicos al de Carlos III, es decir, a los
siglos XVI y XVII. Se desarrollaron en España dos movimientos culturales y
artísticos: el Renacimiento (siglo XVI) y el Barroco (siglo XVII).
Ambos tienen características muy diferentes, incluso opuestas, pero se engloban
bajo la denominación Siglos de Oro porque constituyen una de las etapas de mayor
esplendor cultural.
La cultura de los Siglos de Oro está
fuertemente determinada por todos estos aspectos.
El Renacimiento supuso el triunfo de las
ideas humanistas.
-
Admiración por la Antigüedad clásica, por la tradición grecorromana.
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Concepción del hombre como centro del universo, el denominado antropocentrismo.
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Exaltación de la naturaleza y de lo natural como algo bello, bueno y verdadero. Lo elegante es lo natural.
-
Búsqueda del equilibrio, de la proporción y de la armonía.
El Barroco fue un periodo de pesimismo y
desengaño. Se abandonaron todos los ideales humanistas y se volvió a la
religiosidad más profunda. La conciencia de crisis se reflejó en una cultura de
contrastes violentos, de movimiento, de complicación. La creencia de que la
naturaleza nos engaña, de que hay que desconfiar de los sentidos, explica el
gusto por lo rebuscado, por lo anómalo, paradójico o sorprendente.
En España el Renacimiento fue muy minoritario
frente al Barroco.
LA POESÍA RENACENTISTA.
Características.
La lírica renacentista se desarrolla a lo largo
del siglo XVI en torno a dos grandes periodos:
-
La poesía del primer Renacimiento, que se desarrolló durante el reinado de Carlos I y cuyo principal representante fue Garcilaso de la Vega.
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La poesía del segundo Renacimiento, que coincide con el reinado de Felipe II. Fray Luis de León es el poeta emblemático de esta época.
La poesía renacentista tiene fuentes diversas:
la literatura popular (romances y villancicos); los modelos clásicos (Virgilio,
Horacio, Séneca); el influjo bíblico; la asimilación de la literatura
italiana.
La poesía del primer
Renacimiento.
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Lírica culta en versos castellanos. El mejor representante fue Cristóbal de Castillejo.
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Lírica tradicional y romancero.
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Poesía italianista. En el siglo XVI el petrarquismo se difundió rápidamente por toda Europa. En 1526 tuvo lugar en Granada el encuentro entre el poeta barcelonés Juan Boscán y Andrea Navagero. Navagero animó a Boscán a introducir los temas y formas italianos en la poesía española. Boscán pidió consejo a su amigo Garcilaso de la Vega, y ambos de entregaron a la misma tarea. Fue Garcilaso quien realizó plenamente la revolución poética. A las obras de ambos amigos debemos la introducción de determinados metros: soneto, canción petrarquista (varias estancias en endecasílabos y heptasílabos), terceto encadenado, octava real, lira (combinación de endecasílabos y heptasílabos, generalmente de cinco versos).
Habían creado un mundo poético en el que la
naturaleza y lo bucólico constituían un marco idealizado - el locus amoenus -. Y
ese mundo tenía como vehículo de expresión el endecasílabo, que se convirtió en
el instrumento más adecuado, junto con el heptasílabo, para los géneros de
origen clásico que se introdujeron en ese momento: la epístola, la égloga, la
elegía, la oda.
Garcilaso de la Vega.
Garcilaso nació en Toledo hacia 1501. Es el
prototipo del hombre renacentista, por un lado valeroso guerrero y por otro un
excelente poeta. En su trayectoria pueden distinguirse tres etapas:
-
La influencia de la lírica hispánica. En la obra de Garcilaso hay reminiscencias literarias que permiten enlazarla con la poesía de los cancioneros. También es evidente la huella de Ausiàs March.
-
La asimilación del petrarquismo y del nuevo arte. El influjo de Tetrarca en Garcilaso fue decisivo y constante. De él tomó metros, estrofas, temas e imágenes. Garcilaso se rodeó de humanistas y poetas cuya influencia hizo que volviera sus ojos hacia los clásicos.
-
La plenitud. A raíz de la muerte de Isabel Freyre, Garcilaso compuso algunas de sus creaciones más bellas, de gran intensidad emotiva y en las que la asimilación del clasicismo es total.
La obra de Garcilaso fue breve, como su vida.
Compuso tres églogas, dos elegías, una epístola, cuatro canciones, la “Oda a
la flor de Gnido” (en la que introduce la lira), treinta y ocho sonetos y
ocho canciones en versos castellanos.
En los sonetos y canciones
Garcilaso combina el estilo petrarquista con la retórica amorosa y los tópicos
de la lírica de cancionero. Las elegías, por su parte, son una muestra
clara del influjo de los clásicos.
Las églogas son las obras más
importantes de este autor. Una égloga es una composición poética de tono
bucólico en la que dos pastores dialogan acerca de temas generalmente amorosos.
Garcilaso compuso tres.
La poesía del segundo
Renacimiento.
La poesía sigue los caminos trazados por el
estilo italianizante marcado por Garcilaso. Los dos grandes inspiradores de este
momento son Petrarca y Horacio.
La poesía petrarquista, más sonora,
brillante y sensual, tuvo como máximo exponente al sevillano Fernando de
Herrera. Su estilo se caracteriza por el colorido, la brillantez y la
elaboración del lenguaje.
La poesía horaciana, más seria e
intensa, tuvo como principal representante a Fray Luis de León. La
estrofa predilecta de este tipo de poesía es la lira, que combina endecasílabos
y heptasílabos y hace que la poesía tenga una gran agilidad expresiva.
La poesía religiosa constituye la
expresión de la unión del alma con la divinidad. Su principal representante es
San Juan de la Cruz.
Los poetas suelen agruparse en dos
escuelas:
-
Los poetas de la escuela castellana o salmantina. Su lenguaje es escueto y recortado. A este grupo pertenece Fray Luis de León.
-
Los poetas de la escuela sevillana prefieren los temas amorosos, el exceso de adorno formal y la retórica. A este grupo pertenece Fernando de Herrera.
Fray Luis de León
(1528-1591).
-
Poesía original. Está constituida en su mayor parte por odas (composiciones de estrofas cortas y de un número indefinido de versos). Los temas son muy variados, pero todas ellas siguen el modelo de Horacio, de quien Fray Luis tomó el tema del beatus ille (la alabanza de la vida sencilla y retirada).
-
Traducciones de clásicos.
-
Las Traducciones bíblicas. Fray Luis tradujo a lengua vulgar el Cantar de los Cantares, algunos pasajes del Libro de Job y varios salmos.
Poesía religiosa: la ascética y la
mística.
Durante el reinado de Felipe II aparecieron
versiones “a lo divino”, es decir, versiones de obras basadas en otras ya
existentes, de tema amoroso, en las que se introducen algunos cambios con la
finalidad de fomentar en los lectores la devoción y las enseñanzas
morales.
La ascética y la mística.
La ascética y la mística son dos partes de la
Teología que afirman que es posible conseguir la unión del alma humana con Dios
antes de la muerte. Ambas son un itinerarium mentis ad Deum (`camino de
la mente hacia Dios'):
-
La ascética trata de perfeccionar a las personas mediante una vida de esfuerzo y sacrificio. Las obras más importantes están escritas en prosa, y son de autores como Fray Luis de Granada y San Juan de la Cruz.
-
La mística aspira a la unión del alma con Dios. Este proceso se desarrolla en tres etapas o vías: la purgativa (el alma se despoja de lo terreno), la iluminativa (se siente la presencia de Dios) y la unitiva (la mística; el alma se une con Dios). Destacan San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús.
San Juan de la Cruz
(1542-1591).
En prisión compuso sus tres poemas místicos
fundamentales:
-
Noche oscura del alma. Es un poema compuesto en liras, que narra como una joven sale disfrazada de su casa para reunirse con el amado (Dios), a quien se entrega.
-
Cántico espiritual. Se trata de un poema escrito en liras en el que dialogan una pastora (la esposa) y un pastor (el esposo), a quien ella busca hasta lograr reunirse con él. El poema es una adaptación del Cantar de los Cantares y, al igual que el anterior, va acompañado de un comentario en prosa en el que se explica el proceso de las vías iluminativa y unitiva.
-
Llama de amor viva. También está compuesto en liras. Se trata de una oda que describe las sensaciones amorosas del poeta al unirse con Dios.
Santa Teresa de Jesús
(1515-1582).
Entre sus obras destacan Libro de la
vida, Las moradas, Libro de las fundaciones y Camino de
perfección.
UNIDAD 3: LA LITERATURA DE LOS SIGLOS DE
ORO
LA PROSA RENACENTISTA.
La prosa en castellano.
La prosa renacentista se desarrolló en dos
direcciones: la prosa didáctica y la prosa de ficción.
La prosa didáctica.
El humanismo renacentista produjo escritos muy
variados, que encontraron su forma en diversos géneros.
El diálogo.
Es el modelo formal más empleado en los
textos en prosa del siglo XVI. Se trata de un género típicamente renacentista,
estrechamente vinculado a la difusión de la ideología erasmista.
Algunos de sus cultivadores fueron Alfonso de
Valdés (“Diálogo de Mercurio y Carón”), y Juan de Valdés. Este es el
autor del “Diálogo de la lengua, obra escrita con una finalidad práctica:
enseñar el castellano. Otros diálogos importantes son “El Crotalón, de Cristóbal
de Villalón, o “Viaje de Turquía”, de Andrés Laguna.
La miscelánea.
Las misceláneas son obras que tratan sobre
asuntos variados. Ua figura destacada en este campo fue Fray Antonio de Guevara,
autor del famoso “Menosprecio de corte y alabanza de aldea”, así como de
las “Epístolas familiares”, que tratan de los temas más variados.
La historiografía.
La historia fue un género de gran importancia
en la literatura del siglo XVI, que surgió como consecuencia del interés
renacentista por conocer la historia nacional.
Especial mención merecen los cronistas de
Indias. El descubrimiento y la conquista del Nuevo Mundo aportaron a la
historiografía renacentista la frescura de los hechos narrados, en su mayor
parte, por los propios protagonistas. Son unos relatos donde realidad y fantasía
resultan, en ocasiones, difíciles de deslindar. Destacaron Hernán Cortés
(“Cartas de relación”) y Bernal Díaz del Castillo (“Historia verdadera
de la conquista de Nueva España”). El más polémico de los cronistas fue el
padre Bartolomé de las Casas (“Brevísima relación de la destrucción de las
Indias”), quién defendió a los indígenas y atacó los abusos de los
colonizadores.
La prosa de ficción: la
novela.
Durante esta época, el término novela solo se
empleaba para referirse a narraciones breves. El resto de las narraciones más
extensas se designaban con términos como tratado, libro, historia.
Novela Necesita:
-
Personajes (Actantes)
-
Lugar Noticia (Ex lugar).
Suceso (Lugar inventado).
Trasunto (Da un nombre irreal a un lugar
real).
-
Trama (Argumento)
-
Tiempo.
-
Narrador.
Novela en el Siglo XVI.
Novela Idealizada:
Caballerías:
-
Aceptación por parte de la nobleza.
-
Gran éxito.
-
Eran leídas en voz alta.
-
Amadís de Gaula.
-
Palmerín de Oliva.
-
Palmerín de Inglaterra.
Pastoril:
-
Mundo idealizado.
-
Paisaje bucólico (Églogas).
-
“Diana” Jorge de Montemayor.
-
“Diana enamorada” Gil Polo.
-
“Galatea” Cervantes.
Moriscas:
-
Luchas entre moros y cristianos.
-
Personajes idealizados (sobretodo la figura del moro).
-
“Historia de albencerraje y de la hermosa Jarifa”.
Italiana:
-
Relatos muy breves.
-
“El Patrañuelo” (Timoneda).
Bizantina:
-
Largos viajes por todo el mundo.
-
“Los trabajos de Persiles y Segismunda”.
Características:
Personajes planos (prototipos).
Mundo irreal.
Paisaje idealizado.
Novela Realista:
Picaresca:
-
Anónima.
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Personajes (Hijos de padres marginados).
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Suerte y desgracia se alternan.
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Crítica a la sociedad (Por medio de los distintos amos).
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Ambiente real.
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Introduce el Infrarealismo (Antihéroe)
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Final lógico.
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“ El Lazarillo de Tormes”
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“ Vida del escudero Marcos de Obregón”
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“ El Buscón”
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“Rinconete y Cortadillo”
Personajes redondos.
Mundo real.
Paisaje ambientado.
Final lógico.
EL LAZARILLO DE TORMES.
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